Ambos circulaban en auto. Frente a un semáforo los atacaron “motochorros”. Uno de ellos, arma blanca en mano, ingresó medio cuerpo tras romper un vidrio. “Quiso lastimarla y forcejeamos”, dijo el herido. Los maleantes huyeron y al rato fueron vistos en igual lugar.

Un jo­ven re­sul­tó he­ri­do a cu­chi­lla­das cuan­do de­fen­dió a su no­via mien­tras era ata­ca­da por uno de los dos “mo­to­cho­rros” que rom­pió el vi­drio de un au­to­mó­vil e in­gre­só la mi­tad del cuer­po con cla­ras in­ten­cio­nes de ro­bo. El asal­to, de ca­rac­te­rís­ti­cas muy vio­len­tas, su­ce­dió en ave­ni­da Mai­pú de la ca­pi­tal co­rren­ti­na, don­de las víc­ti­mas de­tu­vie­ron la mar­cha del ve­hí­cu­lo an­te la pues­ta en ro­jo de un se­má­fo­ro.
Co­mo con­se­cuen­cia de un cor­te pro­fun­do en el bra­zo iz­quier­do, y va­rios ta­jos en el bra­zo de­re­cho, el mu­cha­cho de 26 años fue asis­ti­do de ur­gen­cia en un hos­pi­tal.
De acuer­do a la in­for­ma­ción co­no­ci­da por dia­rio épo­ca, el atra­co se pro­du­jo al­re­de­dor de las 20:45 en la in­ter­sec­ción de la men­cio­na­da ave­ni­da con ca­lle Mo­co­re­tá, en ju­ris­dic­ción del ba­rrio San Ro­que Oes­te.
La pa­re­ja que cir­cu­la­ba ha­cia la vi­vien­da de un fa­mi­liar fre­nó de­trás de dos ve­hí­cu­los que aguar­da­ban el se­má­fo­ro en ver­de al mo­men­to de ser ata­ca­da por un mal­vi­vien­te, cu­chi­llo en ma­no, que se acer­có des­de el cos­ta­do de­re­cho.
El de­lin­cuen­te, de dos gol­pes, des­tru­yó la ven­ta­ni­lla e in­gre­só al ha­bi­tá­cu­lo con in­ten­cio­nes de sus­tra­er una car­te­ra o al­gún te­lé­fo­no ce­lu­lar que no es­ta­ban a la vis­ta. So­la­men­te, so­bre el pi­so, ha­bía una por­ta ter­mo.
La si­tua­ción pa­só a ma­yo­res cuan­do el mal­vi­vien­te agre­dió a una chi­ca de 21 años y tra­tó de su­je­tar­la del cue­llo. En ese ins­tan­te el jo­ven re­ac­cio­nó pa­ra de­fen­der a su no­via y aga­rró del bra­zo al asal­tan­te, quien lo hi­rió en rei­te­ra­das oca­sio­nes con el ar­ma blan­ca. To­do pa­só en unos po­cos se­gun­dos, con otros au­to­mo­vi­lis­tas co­mo tes­ti­gos.

LA VÍCTIMA SUFRIÓ UN CORTE PROFUNDO Y VARIOS TAJOS.
LA VÍCTIMA SUFRIÓ UN CORTE PROFUNDO Y VARIOS TAJOS.

Sin lo­grar el co­me­ti­do de ro­bo el la­drón es­ca­pó co­rrien­do, cru­zó al ca­rril con­tra­rio de la ave­ni­da y as­cen­dió a una mo­to­ci­cle­ta Ya­ma­ha YBR ne­gra (con la pa­ten­te ta­pa­da con cin­tas) so­bre la cual lo es­pe­ra­ba su cóm­pli­ce. Am­bos no tu­vie­ron ta­pu­jo en mos­trar­se a ca­ra des­cu­bier­ta. Al fi­nal hu­ye­ron a al­ta ve­lo­ci­dad en sen­ti­do al cen­tro de la ciu­dad.
Ba­jo una cri­sis ner­vio­sa la chi­ca, quien se sal­vó de no ser las­ti­ma­da, acom­pa­ñó a su pa­re­ja a bus­car ayu­da. Aler­ta­ron de lo su­ce­di­do a la Po­li­cía mien­tras acu­die­ron al Hos­pi­tal Vi­dal.
La his­to­ria no que­dó allí na­da más. Un par de ho­ras des­pués, ya ra­di­ca­da la de­nun­cia en la co­mi­sa­ría De­ci­mo­quin­ta del ba­rrio Río Pa­ra­ná, el jo­ven he­ri­do vol­vió a pa­sar cer­ca del es­ce­na­rio del asal­to y tu­vo la in­gra­ta sor­pre­sa de ob­ser­var otra vez a igua­les “mo­to­cho­rros” me­ro­de­an­do la zo­na, en la mo­to YBR y con la mis­ma ves­ti­men­ta.
En diá­lo­go con épo­ca la per­so­na he­ri­da (cu­ya iden­ti­dad man­te­ne­mos ba­jo re­ser­va) di­jo que su re­ac­ción fue al ver al asal­tan­te ame­na­zar e in­ten­tar las­ti­mar a su no­via.
An­te el he­cho no ocul­tó su pre­o­cu­pa­ción da­da la im­pu­ni­dad de­mos­tra­da de par­te de los de­lin­cuen­tes.
Ade­más del mal mo­men­to y las le­sio­nes tam­bién que­dó el da­ño psi­co­ló­gi­co en la pa­re­ja de no­vios. Y por si fue­ra po­co las víc­ti­mas de­be­rán cos­te­ar las ro­tu­ras pro­vo­ca­das en el au­to­mó­vil.
La cau­sa de ro­bo ca­li­fi­ca­do en gra­do de ten­ta­ti­va y le­sio­nes que­dó en ma­nos de las au­to­ri­da­des po­li­cia­les y ju­di­cia­les. Mien­tras tan­to, los au­to­res con­ti­nú­an pró­fu­gos.

Viernes, 11 de diciembre de 2015