El custodio de la torre cercana a la Costanera fue reducido y maniatado, mientras que maleantes, que ingresaron al estacionamiento en una camioneta, indagaron sobre el dueño de un departamento del sexto piso. Subieron pero escaparon al “creerse” descubiertos, llevándose algunos elementos de escaso valor económico.

El cus­to­dio de un edi­fi­cio del ba­rrio Cam­bá Cuá de la ciu­dad de Co­rrien­tes fue ame­na­za­do, re­du­ci­do e in­clu­so ma­nia­ta­do por una ban­da de ma­le­an­tes que, se­gún su ver­sión, te­nía pre­ten­sio­nes de co­me­ter un asal­to en un de­par­ta­men­to del sex­to pi­so. Sin em­bar­go, ese de­li­to fue abor­ta­do cuan­do su­pues­ta­men­te los in­tru­sos se cre­ye­ron des­cu­bier­tos e ini­cia­ron la fu­ga.

Por el ca­so ini­ció una cau­sa ca­ra­tu­la­da co­mo “su­pues­to ro­bo ca­li­fi­ca­do” da­do que al vi­gi­la­dor le sus­tra­je­ron al­gu­nos ob­je­tos e in­ves­ti­gan de­ta­lles de lo que se­ría una “ten­ta­ti­va” de ro­bo u otro ilí­ci­to pa­ra con el due­ño o ha­bi­tan­tes del do­mi­ci­lio al que fi­nal­men­te no ac­ce­die­ron los mal­vi­vien­tes.

Si bien el epi­so­dio se pro­du­jo ha­ce al­gu­nos dí­as atrás, en la Po­li­cía que­dan mu­chos in­te­rro­gan­tes y “ba­ches” que no pu­die­ron ce­rrar en cuan­to a la ver­sión apor­ta­da por el hom­bre de se­gu­ri­dad pri­va­da.
De acuer­do a la in­for­ma­ción re­ca­ba­da ayer por dia­rio épo­ca, el atra­co su­ce­dió a la ma­dru­ga­da en una to­rre de ca­lle Ju­nín, cer­ca­na a la ave­ni­da Cos­ta­ne­ra Ge­ne­ral San Mar­tín.

Se­gún el re­la­to del cus­to­dio, una ca­mio­ne­ta ac­ce­dió al pla­yón de es­ta­cio­na­mien­to sin ge­ne­rar­le sos­pe­chas pues­to que su­pu­so era el ve­hí­cu­lo de una de las per­so­nas que vi­ven en el lu­gar.

Mien­tras el vi­gi­la­dor es­ta­ba en lo que se­ría el hall del edi­fi­cio fue to­ma­do por sor­pre­sa y em­pu­ja­do has­ta una de­pen­den­cia con­ti­gua. Ma­ni­fes­tó que lo en­ca­ño­na­ron y con el uso de pre­cin­tos lo in­mo­vi­li­za­ron tan­to de pies co­mo de ma­nos.

Du­ran­te el for­ce­jeo y una vez que es­ta­ba en­ce­rra­do en una ha­bi­ta­ción de ser­vi­cio le hi­cie­ron di­fe­ren­tes “pre­gun­tas” so­bre un de­ter­mi­na­do de­par­ta­men­to del sex­to pi­so y su pro­pie­ta­rio.

La víc­ti­ma del atra­co, se­gún ex­pu­so lue­go an­te la Po­li­cí­a, no­tó que los mal­vi­vien­tes to­ma­ron el as­cen­sor ha­cia el pi­so su­pe­rior. Sin em­bar­go, agre­gó, al ca­bo de un par de mi­nu­tos de­ci­die­ron es­ca­par sin ha­ber en­tra­do al do­mi­ci­lio so­bre el cual ha­bí­an in­da­ga­do y don­de es­ta­ba la per­so­na que lo ha­bi­ta, cu­ya iden­ti­dad pre­ser­va­mos y quien se de­sem­pe­ña en un car­go eje­cu­ti­vo de una im­por­tan­te fir­ma pri­va­da.

Un ve­ci­no de la plan­ta ba­ja fue el pri­me­ro en asis­tir al vi­gi­la­dor. Le re­ti­ró el pre­cin­to de las mu­ñe­cas an­tes de que lle­ga­ra el pri­mer pa­tru­lle­ro.

En la de­nun­cia el em­ple­a­do de una em­pre­sa de cus­to­dia pri­va­da de­cla­ró ha­ber su­fri­do la sus­trac­ción de un te­lé­fo­no ce­lu­lar y una Ta­blet. Ade­más ex­pu­so que los pre­sun­tos de­lin­cuen­tes se­rí­an tres o tal vez cua­tro.

Pe­se a ser un mo­der­no com­ple­jo ha­bi­ta­cio­nal no exis­ten cá­ma­ras de vi­gi­lan­cia.

La per­so­na que ha­bi­ta el de­par­ta­men­to men­cio­na­do por los la­dro­nes (co­mo el su­pues­to blan­co a ata­car) su­po to­do lo ocu­rri­do una vez lle­ga­da la Po­li­cí­a.

Testimonio del encargado

El encargado de la propiedad indicó al cronista de Sudamericana que es la segunda vez que sufren un robo y que normalmente tienen problemas en la época de fin de año. Recordó que los ladrones tocaron bocina para ingresar, como normalmente lo hacen quienes viven en el lugar, cuando el guardia le abrió el portón, entraron en la camioneta, “apretaron” al vigilador y preguntaban quién vive en el Departamento Sexto “D”, sin precisar ningún nombre.

Los delincuentes dejaron atado al guardia y recorrían los pisos del edificio por el ascensor, según el relato de la víctima y se llevaron matafuegos y otras cosas de menor valor. Asimismo, agregó que “la gente que vive ahí no tiene idea que puede llegar a ser”, en referencia a los habitantes del departamento por el que consultaban los maleantes. Aclaró que la misma dirección suele ser compartida a modo de domicilio postal por otra construcción lindante.

Por esta razón, tomaron nuevas medidas de seguridad y por ejemplo, no abren más el portón sin que la persona se identifique. Aparentemente ni siquiera probaron entrar a algún departamento. Según el relato del personal de seguridad afectado, los delincuentes eran tres, estaban armados y dos de ellos cubrían su rostro con cascos de motocicleta.

Miércoles, 11 de febrero de 2015