El abogado Rubén Leiva, habló de las salidas transitorias de condenados. Si bien sostuvo que para otorgar el beneficio que está regulado en el Código Penal, es necesario cumplimentar una serie de condiciones para reinsertarse paulatinamente a la sociedad. “Evidentemente en muchos casos, el control tiene algunos baches porque si una persona es peligrosa, no puede salir”.

Luego del caso de “Pajarito” Da Rosa, el hombre que asesinó a un comisario en un operativo policial, comenzó la polémica por las decisiones judiciales. José Antonio Da Rosa hacía unos pocos meses que recuperó la libertad, tras cumplir una condena de 12 años por el doble crimen.

Una jueza se habría opuesto a otorgarle la libertad porque tenía pendiente una causa en la justicia por haber cometido un abuso sexual contra otro detenido en la Alcaidía de la Unidad Regional Quinta. Sin embargo, consiguió quedar libre.

“Está perfectamente regulado en el código penal una persona que ha sido condenada con sentencia firme y cumplió más de dos tercios de su pena impuesta en prisión”, dijo Leiva. “El sistema de ejecución penal permite que en ciertos casos, y cumpliendo una rigurosa normativa, se analice la posibilidad que el condenado pueda reinsertarse de forma paulatina a la sociedad”.

“Para conceder la libertad, se debe cumplir ciertos parámetros como asistir al psicólogo y conseguir un trabajo”, indicó Leiva. En el caso de Da Rosa sostuvo que “llamó la atención” ya que la persona habría demostrado que no estaba preparada para recuperar la libertad.

“Pareciera ser que el sistema tiene algunos baches en ese sentido porque no advierten las circunstancias que debería surgir en el informe. Eso hay que perfeccionar y requiere de una responsabilidad y trabajo conjunto entre sistema carcelario y la justicia”, agregó.

“Falla el sistema de control porque no advierten que esa persona, a la cual se le concede la libertad provisional, no debería estar en libertad sino que debería cumplir la totalidad de la pena”, insistió.

Viernes, 2 de febrero de 2018