María Eugenia Vidal tiene despejado el camino parlamentario hasta 2019. Con los resultados de ayer, que al filo de la medianoche ya eran inamovibles, la Cámara de Diputados provincial quedará conformada desde el 11 de diciembre con, al menos, 44 diputados de Cambiemos. El FpV tendría en 29; el Fpv/PJ, 4; Partido de la Victoria, 1; y el Frente Renovador –GEN sumaría 14.

De esta manera el oficialismo quedará a tiro de lazo de la mayoría de la Cámara. Sólo tres escaños adicionales garantizarían el quorum propio. Y en la Gobernación ya especulan con el respaldo de algún minibloque desprendido del naufragio peronista, en sus diferentes variantes.

En el Senado, Cambiemos llegaba a 16 escaños de los 23 en juego. Unidad Ciudadana lograba 7, mientras que “1País” no alcanzaba los pisos de reparto en ninguna de las cuatro secciones donde se eligió ese cargo.

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De esta manera, el oficialismo quedaría integrado por 29 senadores y el FpV-PJ conformaría un bloque de 15. “1País” se reduciría a apenas dos integrantes, con mandato hasta 2019.

Un dato: Cambiemos aseguró el quórum propio, la mitad más uno de los 46 senadores que constituyen el cuerpo, y queda cerca de los dos tercios absolutos, que se logran con 31.


La oleada vino de distritos del Interior gravitante como Junín, Tandil, Bahía Blanca, Mar del Plata, entre otros: el llamado “voto chacarero”, pero también el de los conglomerados urbanos de esas grandes ciudades.

Este ordenamiento legislativo bonaerense, que modifica las equivalencias de fuerzas, permite avizorar la política legislativa respecto a la gestión de Vidal en los próximos dos años. Y cómo operará en los principales actores del peronismo la derrota de ayer. Hasta ahora, Massa articuló con la Gobernación con algunas prestaciones legislativas a cambio de concesiones en la administración central como puestos en el Banco Provincia u otros cargos de segunda línea. Ahora Massa retrocedió fuerte. Y el macrismo tomó nota.

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Algunos intendentes que intentaron, en vano, desprenderse de la sintonía única de Cristina Kirchner, se erigieron en diciembre del año pasado en representación política partidaria en la Legislatura para destrabar el Presupuesto 2017 que buscaba Vidal. De esa representación, hasta las PASO sólo quedaban el tandem Gabriel Katopodis (San Martín) - Juan Zabaleta (Hurlingham), en la isla política de Florencio Randazzo (Cumplir). Desde el mangrullo sostenido por los 500 mil votos de ayer, el ex ministro pugnará por alguna gravitación, aunque sin alcaldes a la vista.

Otros dirigentes como Julián Domínguez, ex presidente de Diputados de la Nación, desaparecen del radar peronista bonaerense. “La Cámpora”resultará una rémora. Ingresan otras referencias partidarias tradicionales en la Provincia, como Julio Pereyra, veterano intendente saliente de Florencio Varela. Y varios alfiles de los jefes comunales peronistas del Conurbano

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¿Entonces, cuál será el bloque opositor que articulará el acuerdo con Vidal?. En la Gobernación no se apuran. En noviembre ingresará el Presupuesto 2018 para debatirlo con la actual composición de las cámaras. Hay muchos legisladores que terminan su mandato y van al desierto. “Necesitan que se los transforme en interlocutores antes de la despedida”, sugieren desde el macrismo.

El mayor desafió de Vidal es la aprobación del Endeudamiento 2018 para continuar la obra pública y hacer frente a las acreencias externas. En simultáneo, impulsará un congelamiento del gasto de la Legislatura. Ya instruyó al presidente de la Cámara de diputados, Manuel Mosca, y al vicegobernador Daniel Salvador. Lo llaman el “ajuste de la política”.

Lunes, 23 de octubre de 2017