 CHARLAS DE CAFE GOYANO
La monarquía radical
Los radicales han instaurado un nuevo sistema en la política provincial. Y aunque son muy creativos, cuando de oficiar de Mago Merlín se trata, en realidad no hacen más que reciclar espejismos y refractaciones de viejos y ya devaluados esquemas. Y en sus trágicómicas vueltas al pasado nos presentan ahora la democracia hereditaria.
Ufanos de haber descubierto la piedra filosofal que posibilita incomprensibles engendros, nos quieren convencer de que pueden sucederse y heredarse a sí mismos indefinidamente. Y así Colombi sucede a Colombi, y vuelve Colombi a heredarse a sí mismo. Y Flinta sucede a Flinta, y vuelve a hacerlo. Y dentro, según ellos, de la más estricta observancia de la democracia. Y además, como el cambio y transparencia los desvelan, hoy descubrieron otra novedad y nos acercan un nuevo invento. Engendraron y en tiempo record alumbraron un nuevo heredero. Un niño barbilimpio, pulido, hijo de papá o de papás porque si biológicamente es progenie de los dueños de Ituzaingó, donde fueron intendente, legisladores y de algún que otro sospechado antro, fue parido a la política… adivinen por quien. Sí, adivinaron. Y así lo van a ver bajo su sombra en fotos, actos, firmas de acuerdos, afiches y hasta en una u otra jodita.
Aunque ùltmamente se anima un poquito más. Hasta sale a la luz a tirar piedritas a sus adversarios de la contienda electoral que los tiene insomnes a los monarcas democráticos. Y el descendiente de la mini monarquía ituzaingueña, entre mohínes gazmoños, les endilga que se avergüenzan de ser parte de un movimiento popular sin linaje mayestático como los es él, y su mentor, y el alter ego vitalicio. Y como sueñan también Canteros, Peteco, Perucho. Y tal vez alguno más. Lo que no advierte el intrépido salvador de la dinastía democrática y perpetua es que per secula seculorum seguirá pendiente de los hilos del titiritero y jamás ascenderá a las alturas del Rey Sol porque aquí en Corrientes el que acuñó aquello de que le·stde c·est moi , y lo seguirá llevando a la práctica, es el soberano de rastrero estilo y de facha regordeta y malhumorada.
No le faltan ni poder ni ganas. A no ser que en octubre despierten conciencias dormidas, se enciendan corazones vacilantes y con entereza y decisión pongan fin a tan descocadas pretenciones.
Eternizarse en el poder es un lauro que el soberano democrático arrebató a viejos conservas y revestido de privilegios con que se ataviaron siempre los señores feudales se sintió propietario indiscutible de bienes, libertades y vidas. Basta, es la consigna. Este es un nuevo tiempo. Los monarcas son cosa del pasado. Y hoy, al pueblo lo que es del pueblo. DEMOCRACIA. Y FELICIDAD.
Miércoles, 30 de agosto de 2017
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