POR WILFREDO OVIEDO
Finaliza un ciclo Colombi-Colombi (2001-2017), con luces y sombras
Será la primera elección a gobernador en 16 años en que no estará ningún Colombi como candidato a gobernador en las boletas. Pero solo en el cuarto oscuro, porque en los afiches de campaña seguro estará con el candidato elegido democráticamente con su dedo. No faltará en el eje de campaña aquella bandera que enarbolan los ultras Ricardistas. “Este gobierno paga los sueldos en tiempo y forma”, como si fuera un logro, como si no existiera la obligación que tiene cualquier empleador de pagar los sueldos a los trabajadores.
Como si esa fuera la única responsabilidad del estado. 16 años no es poco tiempo, aquí no hay excusas, nadie podrá culpar al gobierno anterior de los problemas estructurales sin resolver y que todavía padecen los correntinos. Quedan muchas cosas en el debe... No es bueno que después de 16 años de gobierno, nadie sepa a ciencia cierta el contenido de centenares de decretos firmados por el gobernador. Que después de tanto tiempo y a meses de dejar el poder el oficialismo presente un proyecto de ley de educación sin que haya participación real de todos los sectores. Como si el sistema educativo fuera un trámite parlamentario. No es bueno que sigamos liderando estadísticas negativas en pobreza, desempleo, mortalidad infantil, deserción escolar, inseguridad, etc. Lord Acton (historiador británico) decía lo siguiente: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente” (Powertendstocorrupt, and absolutepowercorruptsabsolutely). Los argentinos sabemos de qué se trata la corrupción, tenemos ejemplos de todos los gobiernos que han pasado. Todavía no sabemos hasta dónde llegaran las investigaciones de las denuncias contra la mayoría de los funcionarios Kirchneristas. Tenemos esperanzas que las investigaciones lleguen hasta el fondo de la cuestión y que los políticos vayan preso y paguen por tanto daño. Pero nuestros gobernantes no se despertaron 6 meses antes y dijeron vamos a hacernos corruptos. La corrupción está instalada en todos los ámbitos, se dan porque el control del poder no existe, en todos los sectores y ámbitos existen los corruptos y también existen los cómplices. Aquellos que por miedo o interés prefieren miran para otro lado, acompañando con el silencio los famosos acuerdos de gobernabilidad también son cómplices y por lo tanto corruptos. Pocas voces se escuchan en Corrientes denunciando esto, como si no existieran hechos de corrupción, nadie se anima a investigar al poder de turno. Recién cuando están armando las valijas o cuando dejan de ejercer el poder algunos jueces y fiscales se animan a ensayar alguna investigación. La falta de transparencia, los sobreprecios en las obras públicas, los decretos escondidos, las denuncias desestimadas, las causas judiciales armadas forman parte de un sistema corrupto. Si en la justicia hay cómplices que avalan hechos poco claros del poder ejecutivo, también hay que decir que hay una deuda pendiente del Poder legislativo, que por conveniencia o temor se niegan a tratar denuncias a jueces y fiscales. Solo para remarcar un concepto “El silencio es complicidad”. ¿Nadie quiere saber qué pasó con la muerte de Gonzáles Moreno quien denunció a Ricardo Colombi y apareció suicidado? O no es importante saber que pasó con la causa del único jubilado del país que regala casas? ¿Nadie quiere saber porque no avanzan las denuncias a los funcionarios de turno? ¿En qué momento fue que nos volvimos cómplices de toda esta basura? El padre de la patria, nuestro Gral. José de San Martín dijo alguna vez: “Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil que están callados”.
Jueves, 6 de julio de 2017
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