“La Policía de Itatí les vende las armas a los narcos: son las armas que les secuestran a los vaguitos ahí. De esto se encarga el sargento (Mario Oscar) Molina, y el comisario (Diego Osvaldo) Ocampo Alvarenga que lo apaña.” Así lo manifestó un testigo de identidad reservada que declaró ante el juez federal Sergio Torres, que investiga una red narco por la cual se encuentran detenidos las principales autoridades del pueblo de Itatí, entre ellos Ocampo y Molina.

NORTE de Corrientes accedió a documentos judiciales incluidos en la causa 3002/17. Allí el declarante sostiene que la connivencia entre policías y narcotraficantes no se limitaba a la protección y aviso antes de los allanamientos sino también al suministro de armamento. Incluso manifiesta que los uniformados también vendían estupefacientes (en la comisaría de la localidad se secuestraron dos “ladrillos” de la sustancia). “Ellos, los policías, también se meten en la venta de drogas y dejan hacer también”, acotó el declarante. Los vínculos exceden a la fuerza policial ya que también son señalados agentes de la Gendarmería Nacional y Prefectura Naval. “Después también hay de Gendarmería, se llama Hermosilla, alias ‘el Gordo’, que vive a media cuadra de la casa de Federico Marín (sindicado jefe narco y prófugo); él los coimea, les cobra plata por dejar hacer”, agregó un párrafo más abajo el testigo. “De Prefectura estaba el jefe de Itatí (...), era el jefe anterior de Prefectura de Itatí, que estaba arreglado con Cachito (Bareiro, preso en Resistencia) y con Lucho (Luis Saucedo, prófugo), les cobraba plata y los dejaba hacer. Después, en Prefectura está (...) un suboficial, que les hace el enganche a los jefes nuevos de Prefectura con los narcos”, agregó. El testimonio y las desgrabaciones de escuchas telefónicas motivaron a Torres a ordenar la detención de unas 40 personas, entre ellas funcionarios de las fuerzas federales.

Miércoles, 5 de abril de 2017