La Selección venció a Colombia por 3 a 0 de la mano de Messi, quien marcó el primero y asistió a Pratto para el segundo y a Di María en el tercero. Como Chile ganó, nos metemos en zona de repechaje.

No hay dudas de que de llegar a la próxima Copa del Mundo será por obra de él, máximo referente del fútbol mundial.

Con la soga al cuello, hasta cuando dicen que no aparece en los juegos importantes. Siempre está, siempre aparece.

Esta Selección Argentina, y más desde la llegada de Edgardo Bauza a la dirección técnica, nunca ha podido conseguir una identidad de juego, una propuesta que se haya mantenido a lo largo de los encuentros.

Pero el poseer entre los once a él hace que las estadísticas fluctúen.

Porque la Argentina no jugó esta noche en San Juan un partido soñado ni mucho menos, pero lo tuvo a él.

Cambió la historia con tres pinceladas, para volver a creer, para volver a aparecer en los puestos de privilegio camino a Rusia 2018.

Este compromiso no era apto para los románticos, para los que piden jugar bien más allá del resultado, - aunque jugando bien existan más posibilidades de alcanzar el objetivo -.

La noche del Bicentenario llamó para sumar. Sin alcanzar la excelencia futbolística. El 10 jugó de 10 y los rostros volvieron a sonreír, la mufa quedó en el olvido y el equipo inhala aire fresco de cara a lo que viene.

La historia se volverá a escribir en marzo con la reanudación de las Eliminatorias Sudamericanas. Por ahora, en zona de repechaje, podemos dormir más tranquilos.

Miércoles, 16 de noviembre de 2016