"Alguien quiere que yo no gane este año", dijo el británico después de haber abandonado en Malasia por la rotura del motor de su Mercedes cuando lideraba la carrera.

El inglés Lewis Hamilton vivió un domingo negro en Sepang, donde debió abandonar por la rotura del motor de su Mercedes cuando lideraba el Gran Premio de Malasia a 15 vueltas del final, y vinculó su desafortunada deserción a una presunta mano negra: "Alguien quiere que yo no gane este año", sentenció el actual campeón del mundo.

En su acusación no dio nombres pero sí indicios, al declarar que "este año" su escudería "ha fabricado 43 motores" y que "sólo" se rompen los suyos.

"No tengo respuesta para lo sucedido hoy, no es fácil saber qué pasó. No puedo creer que haya roto este motor. Mercedes-Benz fabricó 43 motores, pero estas cosas sólo me pasan a mí", explicó Hamilton, después de retirarse en Sepang, al canal de televisión RTL.

"Alguien tendrá que darme una explicación, yo no la tengo. Y esto no es aceptable", indicó el inglés, de 31 años, triple campeón del mundo, que el sábado había logrado su 57ª pole position en F1 y que en Sepang lideraba una carrera que le hubiese sido su 50ª victoria en la categoría y la recuperación del liderazgo que había cedido a su compañero y rival alemán Nico Rosberg en Singapur, hace dos semanas.

Sin embargo, ahora Rosberg, tercero este domingo en Malasia, amplió a 23 puntos su ventaja al frente del certamen, que comanda con 288 unidades.

Consultado acerca de si este domingo había sido un mal día para Mercedes, Lewis lo negó: "No, Nico no tuvo ningún problema", opinó. "El acabó tercero", recalcó Hamilton.

"Hoy mi dolor es indescriptible, (...) pero confío al 100% en mi equipo. Quiero darles las gracias", expresó. "Somos unos campeones, iremos hacia adelante. Ni yo ni nosotros abandonaremos nunca", añadió.

Lunes, 3 de octubre de 2016