Cayó ante el número tres del mundo, el suizo Stan Wawrinka 7-6 (4), 4-6, 6-3 y 6-2. El tandilense no pudo aspirar a pelear por la gloria alcanzada en 2009 pero demostró que está para luchar entre los grandes.

La ilusión de Juan Martín del Potro llegó hasta los cuartos de final del US Open. Impensado hace muy poco. Soñado una vez que recibió la invitación y luego de su hazaña al colgarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Y con el gusto agridulce de quedarse a las puertas de la gloria que supo saborear en 2009 allí también en las canchas de Flushing Meadows. Fue derrota ajustada, en cuatro sets y frente al número tres del mundo, el suizo Stan Warinka 7-6 (4), 4-6, 6-3 y 6-2 en más de tres horas de juego. Pese a la caída, el tandilense trepó en el ranking de la ATP, quedó en el puesto 60 y demostró que está otra vez en el primer nivel, para pelear mano a mano con cualquiera.

El arranque había sido auspicioso para Juan Martín Del Potro, que quebró el primer saque del suizo y comenzó con ventaja. Suelto con la derecha y con tiempo para correrse hacia su izquierda y evitar pegar de revés, llevaba las riendas del trámite sin problemas. Es más, Wawrinka lucía incómodo y con gestos de dolor, tanto que en un descanso debió ser atendido por el fisioterapeuta debido a un dolor en el aductor derecho.

Con ventaja 4-1 el tandilense parecía encaminarse a un primer set seguro, pero el número tres del mundo resurgió y equilibró el trámite. Cada vez que encontraba el revés del argentino ganaba el punto. Como ocurre desde su regreso, Delpo sigue sin soltar del todo ese golpe debido a los reiterados problemas de lesiones en su muñeca izquierda. Y lo paga caro, con tiros que caen flotando del otro lado de la red y regresan en forma de impactos difíciles de contrarrestar.

El cierre del primer parcial fue parte del partido que el mundo del tenis imaginaba: muy parejo, con puntos largos, con la calidad de Delpo tratando de imponerse ante la solidez de Wawrinka. Así la definición fue al tie break.

Y allí Juan Martín estuvo errático: de arranque enganchó una pelota que se fue lejos y dejó en la red un tiro fácil. El suizo, en cambio, estuvo fino con sus primeros servicios y marcó la diferencia. Solo falló en la definición de su primer set point, pero enseguida capitalizó un error de Delpo (terminó con 19 errores no forzados) y se llevó el parcial 7-6 (5).

El segundo set fue parejo de principio a fin. Ninguno daba concesiones con su servicio. Y cuando el argentino lograba soltar el latigazo de derecha marcaba el pulso del juego. En el séptimo game, Delpo tuvo dos chances de quiebre: la primera se escapó por un centímetro en un pedido de revisión que no le dio la razón y en el segundo lo logró con un drive del suizo que se fue largo.

Delpo celebra al llevarse el segundo set. AFP
Delpo celebra al llevarse el segundo set. AFP
El punto para llevarse el parcial fue a puros suspenso. Con correcciones constantes por errores del juez de silla Pascal Maria (muy errático) que hicieron repetir tres puntos. Pero Delpo seguía enfocado. Y en su primera chance lo definió 6-4.

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Para el tercer parcial ya nadie podía adjudicarse el control del juego. Era una partida de ajedrez, Con puntos largos, con los dos tratando de meter los pies en la cancha y ganar la red. Delpo conseguía réditos cuando lograba que el suizo pegara a la carrera. En el octavo game, con el partido 3-4 el tandilense salvó dos break points, pero no pudo hacer nada en el tercer intento. El número tres del mundo confirmó el quiebre con su saque y se llevó el set 6-3.

El cuarto set arrancó de la peor manera: doble falta para entregar su primer servicio y quedar sin margen de error, corriendo desde atrás, ante un Wawrinka cada vez más preciso. Desde ese momento todo fue para el suizo, que volvió a quebrar, ajustó su revés y encaminó un cierre cómodo, mucho más holgado de lo que había sido el trámite general.

Hace más de tres años que el tandilense no juega una semifinal de un Grand Slam. La última vez fue en Wimbledon 2013, cuando cayó en esa instancia en cinco sets ante Novak Djokovic. Y hay que ir un poco más atrás para encontrar la última vez que estuvo entre los cuatro mejores en Nueva York. Fue en ese inolvidable 2009, el año en el que gritó campeón al superar en la final al suizo Roger Federer.

Con esta caída, Delpo cortó la racha de cuatro triunfos consecutivos ante Wawrinka, el más reciente, hace sólo tres meses, en la segunda ronda de Wimbledon, cuando lo superó en cuatro sets. Por otro lado, tenía la chance de dar un salto grande en el ranking y quedar como el mejor argentino. No puso ser, pero ya se instala en el puesto 60, una marca que lo devuelve a la pelea entre los grandes. Más allá de la derrota, Del Potro está de vuelta. Y eso ya es una buena noticia.

Jueves, 8 de septiembre de 2016