El seleccionado de básquet sumó su segunda victoria en dos presentaciones al imponerse por 90-82. El jueves puede quedar con un pie en cuartos de final si vence a Lituania.

Si el funcionamiento de un equipo no se resiente cuando los pesos pesado salen y aquellos que recién se abren camino aprovechan su oportunidad, el camino es el indicado. Lleguen o lleguen los resultados. Porque eso habla de una identidad que se transmite y asegura al menos la esperanza de un futuro de lucha en la elite. Así jugó anoche Argentina frente a Croacia, bajo el aliento de miles de compatriotas. Así le ganó 90-82, con algún sufrimiento en el cierre, después de haber estado ganando por 20 tantos en el tercer cuarto.

Que Luis Scola haya convertido 13 de los 22 puntos nacionales en el primer cuarto podía estar en los planes de todos. Nada que asombrase. Ahora bien, que la Selección no haya necesitado de Ginóbili ni de Nocioni en el primer tiempo y así y todo se haya llevado esos 20 minutos por 46-40, denota juego y compromiso colectivos.


Hubo temple para sobreponerse a un arranque en desventaja con un encendido Bogdanovic, defensa en Patricio Garino y viveza para darle la pelota al capitán. Y en el segundo cuarto aparecieron inesperadamente Gabriel Deck para anotar 4 puntos seguidos y bajar rebotes, Nicolás Laprovíttola para estirar a 8 puntos (39-31) la máxima diferencia argentina con su segundo triple y Carlos Delfino para cerrar el primer tiempo.


La incógnita era saber si seguiría la inteligencia para evitar el juego externo de Croacia y cerrarle los pases a sus internos: Dario Saric (2,07 metros) y Miro Bilan (2,13). Bueno, si había dudas, desaparecieron con un parcial de 15-3 en 3m40. Una obra de arte de la defensa, con 3 tapas y 4 rebotes de Roberto Acuña (ovacionado), un Campazzo encendido y un Scola que con un triple elevó la diferencia a 18 tantos (61-43). Ardía el estadio.


Croacia había perdido la línea, la pelota la subía Saric y sus tiradores ya no se tenían confianza. Argentina los había sacado de contexto y llegó73-54 al cuarto final. ¿Sería posible mantener la intensidad? No lo fue. El equipo se mareó en los primeros tres minutos del parcial y Croacia, con Saric (19) y Bogdanovic (18), se acercó a apenas 4 puntos (85-81) a 1m03 del cierre del espectáculo.

Hubo fortuna cuando no entró un triple de Simon y Argentina aprovechó las faltas técnicas de Croacia (su entrenador fue expulsado) para cimentar su victoria con los libres finales de Scola y de Ginóbili. Y festejar por segunda vez. Mañana llegará Lituania, un nuevo capítulo en esta aventura en Río de Janeiro.

Miércoles, 10 de agosto de 2016