Dos canes de la raza Fila brasileño salieron de una casa y agredieron a una mujer que esperaba un remís junto a sus hijos de 1 y 11 años. Luego los animales causaron serias heridas en un hombre que hacía actividad física. Tres de ellos debieron ser hospitalizados.

Un hom­bre, una mu­jer y un ni­ño de 11 años, su­frie­ron mor­de­du­ras de dos pe­rros de la ra­za Fi­la bra­si­le­ño que es­ca­pa­ron de una vi­vien­da de la ca­pi­tal co­rren­ti­na y los ata­ca­ron en la vía pú­bli­ca. Co­mo con­se­cuen­cia, las cua­tro per­so­nas de­bie­ron ser hos­pi­ta­li­za­das a ra­íz de múl­ti­ples le­sio­nes.
El in­ci­den­te se pro­du­jo ayer a la ma­ña­na en el ba­rrio San Je­ró­ni­mo, don­de los ani­ma­les se aba­lan­za­ron so­bre los me­no­res que es­ta­ban al cui­da­do de su ma­dre en la es­qui­na de las ca­lles He­re­dia y Uriar­te, don­de aguar­da­ban la lle­ga­da de un re­mís.
“No sé qué hi­ce pe­ro pu­de sal­var a mis hi­jos. Fue­ron se­gun­dos, pe­ro pa­re­cie­ron eter­nos. Na­die sa­lía y un re­mi­se­ro pa­ró pe­ro no sé si le dio mie­do o qué le pa­só, por­que se que­dó en­ce­rra­do en su au­to”, di­jo De­lia Ro­drí­guez a tra­vés de una ra­dio ca­pi­ta­li­na.
Uno de los ni­ños pre­sen­ta le­sio­nes en la ca­be­za de la que ma­nó abun­dan­te can­ti­dad de san­gre. Tras el in­ci­den­te de­bió ser con­du­ci­do, jun­to a su her­ma­ni­to, al Hos­pi­tal Pe­diá­tri­co Juan Pa­blo II. En tan­to, su ma­dre in­gre­só a emer­gen­cias del Hos­pi­tal An­ge­la Lla­no con he­ri­das en la pier­na de­re­cha.
Por su par­te, Co­ro­nel de­bió ser asis­ti­do en el Hos­pi­tal Es­cue­la a ra­íz de mor­de­du­ras en las ma­nos y pier­nas. Du­ran­te la agre­sión el hom­bre ca­yó al in­te­rior de una zan­ja con agua sin lo­grar sa­car­se de en­ci­ma a los ca­nes si­no has­ta que un ve­ci­no lo­gró au­xi­liar­lo.
“Vi­no la due­ña en una ca­mio­ne­ta y me di­jo que le es­ta­ban ro­ban­do y le di­je que sus pe­rros me mor­die­ron, y me di­jo que ten­ga com­pa­sión por su si­tua­ción. En­ton­ces le res­pon­dí si por mí ella no te­nía com­pa­sión, que me mor­die­ron y yo no era el cho­rro”, re­la­tó Co­ro­nel.

LA MUJER SUFRIÓ MORDEDURAS EN PIERNA. (FOTO GENTILEZA RADIO SUDAMERICANA).
LA MUJER SUFRIÓ MORDEDURAS EN PIERNA. (FOTO GENTILEZA RADIO SUDAMERICANA).

“Los pe­rros la­mí­an mi san­gre y se en­lo­que­cí­an más. Un chi­co me dio una ma­no, me ayu­dó si­no me ase­si­na­ban”, aña­dió el hom­bre, quien so­bre su es­ta­do de sa­lud ma­ni­fes­tó: “Ten­go que ha­cer re­po­so, te­ner las ven­das tres dí­as y vol­ver al hos­pi­tal”.
Los ani­ma­les, de acuer­do al tes­ti­mo­nio de víc­ti­mas y ha­bi­tan­tes del ba­rrio, se­rí­an pro­pie­dad de una mu­jer que ejer­ce­ría la pro­fe­sión de abo­ga­da.
Des­de la Po­li­cía ma­ni­fes­ta­ron que ini­cia­ron una pes­qui­sa de ofi­cio a la es­pe­ra de re­ci­bir a los dam­ni­fi­ca­dos que, en de­cla­ra­cio­nes pú­bli­cas, ma­ni­fes­ta­ron es­tar dis­pues­tos a re­a­li­zar las de­nun­cias for­ma­les.
Los pe­rros de ra­za Fi­la bra­si­le­ño fue­ron de­fi­ni­dos por pro­fe­sio­na­les ve­te­ri­na­rios co­mo pe­rros des­me­su­ra­dos. To­do en ellos sue­le ser ex­ce­si­vo, prin­ci­pal­men­te en su co­ra­je, fir­me­za, po­ten­cia y agre­si­vi­dad con res­pec­to a ex­tra­ños.
Ha­bi­tual­men­te son tran­qui­los, pe­ro su­ma­men­te aler­tas an­te la pre­sen­cia de in­tru­sos. En sus orí­ge­nes el Fi­la bra­si­le­ño fue un te­mi­ble guar­dián y pe­rro de pre­sa. Ac­tual­men­te la ma­yo­ría de los ejem­pla­res de es­ta ra­za con­ser­van sus ca­rac­te­rís­ti­cas ori­gi­na­les sien­do en ge­ne­ral muy fie­les con la fa­mi­lia e iras­ci­bles con per­so­nas aje­nas a su en­tor­no.

Miércoles, 10 de febrero de 2016