La corriente de El Niño provocó pérdidas econó­micas en la mayoría de las localidades correntinas, afectando a las produccio­nes locales, como la gana­dería y la agricultura, pero también perjudicó a oficios como ladrilleros y pescado­res.

Pero el saldo negativo no termina allí, sino que tam­bién dañó severamente al turismo en las costas, don­de el motor económico es el turismo.

Éste es el caso de Ituzain­gó, donde la crecida del río Paraná dejó bajo agua al 100% de las playas, reco­nocidas por su gran belleza y convocatoria turística. Por ello, las pérdidas son millonarias y se­rán irrecuperables ya que enero cie­rra con muy esca­sa actividad. Por más que febrero se presente con buen tiempo y buenas playas, la afluen­cia siempre es de un 50% menos con relación al mes anterior. Por fortuna, la ba­jante de las aguas permitie­ron que este fin de semana Ituzaingó pueda levantar la prohibición de ingresar a parte de la costa, pero los perjuicios ya no tienen vuelta atrás.

El director de Prensa de la Comuna, Agustín Peano, explicó a NORTE de Co­rrientes que en tempora­da alta reciben más de 100 mil turistas, lo que esta vez no existió: “La hotelería se resintió y las pérdidas son inconmensurables para unos 30 emprendimientos hoteleros, con decenas de familias que trabajan allí.

Además están los pub, bares, casas que se alqui­lan, restaurantes, etcéte­ra. Los que alquilan casas viven todo el año de los ingresos del verano, por ejemplo, y la actividad fue nula”.

No se pierde la esperanza de retomar una temporada estival de muchas pérdidas, aunque todos los rubros se quejan de escasa actividad. Las empresas que más se resienten son los super­mercados, al punto que algunos ya amenazan con despedir empleados; según publica el sitio Ituzaingó Noticias. s

Lunes, 1 de febrero de 2016