Dos hombres se trenzaron a golpes. Uno terminó grave en el hospital Vidal por una puñalada y el otro detenido en la comisaría local. Habría una vieja rivalidad entre ambos.

Un con­fu­so epi­so­dio ocu­rrió en la lo­ca­li­dad de Mbu­ru­cu­yá dis­tan­te 144 ki­ló­me­tros de la ca­pi­tal co­rren­ti­na. Dos hom­bres que man­te­ní­an una vie­ja ri­va­li­dad se tren­za­ron a gol­pes en una si­tua­ción po­co cla­ra pa­ra la Po­li­cí­a. Uno ter­mi­nó con una pu­ña­la­da en la zo­na del ab­do­men y en el cue­llo, mien­tras que el otro su­frió he­ri­das cor­tan­tes en sus ma­nos y ter­mi­nó de­te­ni­do en la co­mi­sa­ría de esa ciu­dad.
Una de las ver­sio­nes se­ña­la que J. Ba­rrien­tos, ma­yor de edad, es­cu­chó rui­dos ex­tra­ños en el pa­tio de la vi­vien­da en la que con­vi­ve con su fa­mi­lia.
Sa­lió a ver qué ocu­rría y ob­ser­vó a un hom­bre que es­ta­ba pa­ra­do en me­dio del pa­tio. Sin me­diar pa­la­bras co­men­zó a gol­pe­ar­lo pen­san­do qui­zá que po­dría tra­tar­se de un la­drón. Pe­ro lo re­co­no­ció y re­sul­tó ser la ex pa­re­ja de su con­cu­bi­na, de nom­bre J. Gó­mez de 33 años.
La bron­ca en­ton­ces fue ma­yor y la pe­lea con­ti­nuó has­ta que pu­do es­ca­par del lu­gar, re­la­tó una fuen­te po­li­cial a épo­ca.
Ba­rrien­tos fue has­ta la co­mi­sa­ría y de­nun­ció que Gó­mez es­ta­ba den­tro de su pro­pie­dad y que al pre­gun­tar­le qué ha­cía allí no su­po ex­pli­car.
Ca­be men­cio­nar que el he­cho se re­gis­tró cer­ca de las 3 de la ma­dru­ga­da de ayer.
Más tar­de efec­ti­vos de la co­mi­sa­ría lo­cal, en su re­co­rri­da ha­bi­tual, en­con­tra­ron a un hom­bre en el ac­ce­so a la lo­ca­li­dad, so­bre la ru­ta, ti­ra­do y en­san­gren­ta­do.
Lo tras­la­da­ron al hos­pi­tal de Sa­la­das y al iden­ti­fi­car­lo se tra­tó de Gó­mez, el mis­mo que ha­bía in­gre­sa­do a la ca­sa de su ex mu­jer en ho­ras de la ma­dru­ga­da.
Sin em­bar­go, és­te ha­bría di­cho a la fuer­za del or­den que se tren­zó a gol­pes en la vía pú­bli­ca con Ba­rrien­tos y no den­tro de la pro­pie­dad co­mo ha­bía de­nun­cia­do el su­pues­to agre­sor, lo que lle­vó a un cru­za­mien­to de de­nun­cias.
Por la gra­ve­dad de las le­sio­nes que re­ci­bió Gó­mez, en­tre gol­pes y he­ri­das en dis­tin­tas par­tes de su cuer­po fue de­ri­va­do de ur­gen­cias al hos­pi­tal Vi­dal de Ca­pi­tal.
“Al cen­tro de sa­lud in­gre­só con he­ri­das pro­fun­das en el cue­llo y en el ri­ñón”, in­di­có una voz ofi­cial.
En tan­to Ba­rrien­tos que­dó apre­hen­di­do en la co­mi­sa­ría lo­cal, has­ta tan­to se acla­re la si­tua­ción.
Es ma­te­ria de in­ves­ti­ga­ción dón­de, có­mo y por qué la agre­sión en­tre am­bos.
“No es­tá cla­ro aún qué ha­cía Gó­mez en el pa­tio de la vi­vien­da, si es que fue co­mo re­la­tó Ba­rrien­tos. Pu­do tra­tar­se de un ro­bo o qui­zás es­té vin­cu­la­do con la re­la­ción que man­tu­vo con su ex pa­re­ja, aho­ra con­cu­bi­na del agre­sor”, di­jo un efec­ti­vo po­li­cial a es­te me­dio.
En Te­ra­pia In­ten­si­va
Des­de el cen­tro de sa­lud, co­mu­ni­ca­ron que el hom­bre de­ri­va­do de la lo­ca­li­dad de Mbu­ru­cu­yá pre­sen­ta le­sio­nes gra­ves y es­tá en pe­li­gro su vi­da. “Per­dió mu­cha san­gre, es­pe­ra­mos su evo­lu­ción”, di­jo un per­so­nal sa­ni­ta­rio a épo­ca.

Miércoles, 28 de octubre de 2015