La escritura se firmó el 31 de noviembre de 2006. Después lo corrigieron, pero Laslo y las escribanas quedaron con los dedos manchados.





¿Qué documentación llevaba Hernán González Moreno en el vehículo en el que se movilizaba cuando terminó muerto? Según la crónica que distribuyó “su” Agencia Corrientes aquel día funesto en el que fue hallado con un tiro en la sien en un campo de Goya, el empresario periodístico iba camino a ampliar la denuncia penal contra Horacio Ricardo Colombi por enriquecimiento ilícito y evasión tributaria, consumada en la compra de una fastuosa mansión, más otra propiedad, a través del prestanombre Hernán Marcelo Laslo.

El primer parte oficial de aquella jornada -2 de octubre de 2009- incluía una cuantas fotos del cadáver (tapado), los peritos trabajando y unos papeles arrugados y salpicados de sangre que estaban en el Toyota Camry de HGM. Esos papeles eran copias de la escritura de un poder que un tal Méndez le había otorgado a Laslo. Dicen, los que estuvieron allí, que había más documentación. ¿Qué rol desempeñaba Méndez en el entramado de la operación? La pregunta todavía espera respuesta. La Justicia provincial, que tiene a su cargo la investigación de la muerte de González Moreno no ha logrado avanzar en la búsqueda de la verdad real. Ni siquiera el aporte de los dos sabuesos que la Fiscalía General mandó a trabajar a Goya logró desanudar la madeja. No se sabe si había más documentación, que complicaban a Laslo y por tanto a Colombi; tampoco se sabe si había una computadora portátil donde el finado guardaba información valiosa. Ese día de la muerte de HGM se cumplían tres meses de la presentación de la denuncia que había radicado en el Juzgado Federal de Paso de los Libres contra Laslo/Colombi y compañía. El 2 de julio González Moreno llegó a la sede judicial ubicada en la calle Los 108 de la ciudad fronteriza con una parva de documentos que probaban -según afirmó- la perpetración de una ristra de delitos por parte del tándem Laslo/Colombi. Los acusó de enriquecimiento ilícito, evasión tributaria agravada, incumplimiento de los deberes de funcionario público, entre otras figuras penales que aún hoy, seis años después, están siendo investigadas. Según demostró HGM, Laslo (que era empleado público) le compró a Luciano Francisco Meza un inmueble de 548 metros cuadrados, ubicado en la esquina de 9 de Julio y Perú de esta ciudad. Pagó 150 mil pesos como seña y el precio final fue de 600 mil pesos. La escritura se firmó el 31 de noviembre de 2006. Un día que no existe en el calendario. Las copias de esa escritura (Nº 28), protocolizada por la escribana Roxana Cabral, figuran en el expediente.Luego, el 8 de marzo de 2007 se hizo otra escritura -traslativa de dominio- ante la escribana Gladys Báez, donde consta el pago de 600 mil pesos. La copia de ese documento (Serie E Nº 00099955) está en la causa. Lo llamativo es que Laslo (y señora) y Meza (y señora) fueron hasta Santo Tomé a protocolizar la venta de un inmueble ubicado en Corrientes, a 400 kilómetros. Después Laslo le firmó un contradocumento a Ricardo Colombi en el que le cedía la mansión. Esto dio pie a la denuncia de González Moreno que, en sede judicial, señaló que la vivienda fue en realidad adquirida por el ex gobernador, quien la pasó a habitar desde el primer momento. El valor de la compra -decía HGM- rondaba los 900 mil dólares. Aquellos días del disparo, en el entorno del empresario señalaban que había más documentos incriminatorios y que planeaba llevarlos a la Justicia. Junto al cadáver sólo se encontró un arma. Mañana: El sueño de la mansión propia.s

Lunes, 19 de octubre de 2015