La actriz logró concretar el principal propósito que se trazó tras separarse de Daniel Osvaldo: mudarse. Ahora habita con su hijo un departamento en un lujoso edificio a metros de Plaza Italia. Eso sí: sigue con el Peugeot que le prestó la concesionaria.

Casa nueva, vida nueva. Juego de palabras, es cierto. Vieja frase que busca reflejar todo lo que representa buscar nuevos horizontes, en todo sentido, como lo viene haciendo Jimena Barón. Desde que le puso punto final a su relación con Daniel Osvaldo, en medio de un verdadero escándalo que traspasó las barreras de su intimidad, la actriz dio un volantazo de 360 grados. Un giro total, producto de un conjunto de decisiones que venía postergando por el simple hecho de privilegiar la crianza de su hijo y no chocar con su marido. Las principales determinaciones, sin dudas, tuvieron que ver con su trabajo. Con el deseo de insertarse nuevamente por completo en la actuación, con sus ganas de recobrar popularidad a través del Bailando por un sueño y con sus sueños de ser en un futuro una figura de la canción.
Y, por supuesto, puso manos a la obra apenas su ex armó el bolsito y se fue: se incorporó a Esperanza mía y casi en forma paralela encabezó un par de recitales con su grupo Jimena Barón Band, oxigenando sus días para paliar un distanciamiento conyugal que incluyó violencia de género, denuncias de robo de dinero y, desde luego, infidelidades. A sólo unos meses de bajarle el telón a la convivencia con Osvaldo, quien hoy está lejos porque firmó para un equipo de Portugal, Jimena apunta a rehacer su vida por completo. Ahora también puertas adentro. En silencio, fue buscando un departamento acorde con sus necesidades, y una vez que lo consiguió se mudó.
Su nuevo hogar se ubica en una inmensa torre, de aproximadamente 30 pisos, situada en la intersección de Beruti y Bullrich, en Palermo, cerquita de Plaza Italia. Es un edificio moderno, ciento por ciento vidriado y con una vista privilegiada. Allí Jimena intentará ir olvidando sus lechos anteriores, básicamente el que habitó en Nordelta con Osvaldo. Un poco por las malas experiencias vividas bajo el mismo techo con el ex delantero de Boca, y otro tanto por la forma traumática en la que debió abandonarlo. A raíz de esto, trascendió un reclamo superior a los 40 mil pesos que le llegó por vía judicial, en concepto de objetos rotos y demás daños causados en el mobiliario supuestamente por ella y por su ex. De todos modos, la actriz todavía no cortó el cordón umbilical con el coqueto barrio de Tigre, donde fue vecina un largo trecho. La razón no tiene que ver con un tema de propietarios e inquilinos, tampoco con alguna otra deuda pendiente. Es consecuencia del amor. De su nueva relación. Días atrás, en la confitería del Pacheco Golf fue fotografiada mientras charlaba, a solas, con Matías Tasín, un adinerado hombre de Nordelta que le habría presentado Sofía Zámolo. Una inmejorable ocasión para reciclar los sentimientos y sentir que todo ha cambiado. Que lo mejor está por venir y que la casa nueva traerá una vida nueva, nomás…

Viernes, 9 de octubre de 2015