La víctima es un defensor Del Club Deportivo Mandiyú. Un proyectil in­gresó en su pierna derecha y le impo­sibilitó seguir jugando.

Un joven jugador del club local Deportivo Man­diyú fue víctima de un in­tento de robo: dos delin­cuentes lo interceptaron cuando iba en su motoci­cleta y le exigieron que la entregara. Al resistirse fue agredido y luego baleado, uno de los proyectiles lo hirió en la pierna derecha mientras los maleantes se marcharon sin llevar­se el rodado. Luego de ser auxiliado por vecinos, el jugador fue trasladado al Hospital Escuela donde permaneció internado has­ta ayer, cuando le dieron el alta. No obstante, la lesión que le provocaron afectó su participación en la liga local.
Rafael Morales, de 23 años, defensor de la cono­cida institución futbolista de Capital, fue baleado el domingo a la madrugada cuando regresaba a su do­micilio en el barrio Ciche­ro, en su Zanella 110 c.c.
El zaguero relató lo su­cedido a NORTE de Co­rrientes: “Salía de una cena y venía en la moto por la calle Sargento Cabral y Perú; me inter­ceptan dos sujetos en una moto, que no dis­tinguí porque llevaban casco. Me hacen detener la marcha, me piden la moto, en ese momen­to uno de ellos me arrojó una piedra que me da en la cara”, agregó.
El lesionado acotó: “In­mediatamente siento cua­tro disparos de arma, uno de ellos me da en la pierna derecha”.
Amigos y vecinos que escucharon las detonacio­nes salieron a socorrerlo y más tarde lo llevaron al mencionado centro de sa­lud de la avenida 3 de Abril.
“Esta es una zona pe­ligrosa porque falta más iluminación, eso por ahí hace más propicio para robos como lo que me su­cedió a mí”, reflexionó Mo­rales, que estimó que los delincuentes eran de otra barriada, para él del “bajo Pujol”.
Este fue el primer robo que padeció el defensor. Respecto a los asaltantes mencionó: “Como llevaban casco los dos y es una zona muy oscura, no pude reco­nocer sus rostros”.
Luego de ser atendido en dicho nosocomio, Mo­rales fue dado de alta en horas de la noche del do­mingo y continúa con su recuperación en su hogar. Lamentablemente la heri­da ocasionada le costó la posibilidad de ser parte del equipo para el res­to de la temporada
Como se encuen­tra aún imposibilita­do de caminar solo, el damnificado no se pre­sentó en un destacamento policial para labrar la de­nuncia correspondiste. Lo único que hicieron agentes de la fuerza fue tomarle los datos personales cuando ingresó al Escuela.

Miércoles, 5 de marzo de 2014