Llegaron desde distintos rincones de las 5 provincias de la región para recorrer a pie, desde Corrientes, 72 kilómetros hasta el santuario. Ni el fuerte y frío viento los amedrentó y llegaron felices al templo. Con alegría, expresaron al Nuncio Apostólico, quien presidió la eucaristía, su adhesión al papa Francisco y su oración constante por él. Ocho obispos de la región acompañaron la celebración.

Una marea de jóvenes colmó ayer Itatí, a donde llegaron caminando, bajo fuertes vientos y la amenaza constante de lluvia, para manifestarle su amor a la Virgen Morena. Se estima que participaron más de 150 mil jóvenes provenientes de distintos puntos de la región, desde la lejana Iguazú, pasando por Posadas y Oberá; o venidos desde la tierra de Formosa; y del otro extremo de Chaco, San Roque; o cruzando el puente, desde Resistencia. Los santafesinos arribaron también con sus carteles anunciando la presencia de la diócesis de Reconquista. Y por supuesto, desde cada punto cardinal de la provincia de Corrientes. Peregrinaron todos, para decirle a ella, la tierna Madre de Itatí, que juntos se comprometen a ser “testigos de la fe y a expresar a los cuatro vientos, con gritos y saltando a pesar del cansancio, que son la juventud del Papa”.
La 34º Peregrinación Juvenil del NEA a la Basílica, fue una demostración más de la profunda devoción mariana de los jóvenes de esta parte del país. El Nuncio Apostólico de Argentina, quien presidió la misa central, les dio la bendición del Santo Padre durante la misa y les expresó su admiración por el esfuerzo y el sacrificio que ofrendaron a la Virgen.
Los obispos de la región, como cada año, acompañaron a los jóvenes de sus respectivas diócesis.
El pueblo de la Virgen estuvo inundado de micros y vehículos que respaldaron a los miles de fieles que, algunos ya el viernes, caminaron hasta la Basílica. En la plaza, improvisados campamentos servían de lugar de descanso para quienes aguardaban la misa de cierre, muchos acalambrados y padeciendo fuertes dolores musculares. Hubo puestos sanitarios en distintas zonas de la localidad y una notoria presencia policial.
Cientos de banderas y carteles que identificaban la procedencia de los peregrinos le daban color a la multitud que congregada frente al templo expresaba su alegría. Podían leerse banderas de Garruchos, Colonia Liebig’s, San Carlos, Santo Tomé; también de Sauce, Paso de los Libres y Virasoro. Otras de Esquina, Goya, Curuzú Cuatiá, Ituzaingó, Loreto, San Miguel, Mburucuyá, 9 de Julio, Chavarría y Mantilla. Tantas más que se escapaban a la visión, por supuesto, descontando las que identificaban a los peregrinos de otras provincias.
La alegría y el amor expresado en cada grito de “¡Viva la Virgen de Itatí!” o “¡Viva el Papa!” hermanaban a las miles de almas. Antes de la celebración eucarística, con cantos y mensajes, expresaron su adhesión al papa Francisco. Durante la misa, en sus intenciones manifestaron su oración constante para que “Dios lo fortalezca e ilumine”. También rezaron para pedir al Señor que los ayude a ser “testigos fieles y alegres, decididos a ir contra corrientes con la verdad” y para que “las familias sean verdaderos portales de la nueva humanidad, donde los valores esenciales estén siempre presentes”. Pidieron además, ser “valientes transmisores de fe y alegría en la sociedad”.
Más de 40 sacerdotes y ocho obispos de la región, entre ellos, los tres correntinos, monseñor Andrés Stanovnik; monseñor Ricardo Faifer, y monseñor Hugo Santiago; acompañaron a monseñor Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico de Argentina, en la celebración eucarística.
Es la primera vez que un representante de la Santa Sede participa de esta manifestación juvenil, aunque es la quinta vez que un representante papal está en Itatí.
Antes de que culminara la misa, como es ya tradicional, una imagen peregrina de la Virgen de Itatí que cada año visita una de las 10 diócesis de la región, fue entregada por los jóvenes de la diócesis de Goya, a los de San Roque.
Asimismo, la Cruz, réplica de la otorgada por Juan Pablo II en las Jornada Mundial de la Juventud, dejó la diócesis de Formosa para ir a la de Reconquista.

El Litoral

Lunes, 23 de septiembre de 2013