Fue atacado en una casa donde desde hace varios años vivía solo. Sufrió fracturas en la cabeza y un brazo. Lo encontró un amigo cuando lo visitaba llevándole algo de comida. Sospechan que el homicidio fue cometido durante la madrugada con pretensiones de robo

Un anciano de 73 años murió como consecuencia de una serie de fracturas en la cabeza y en al menos un brazo ocasionados con dos pedazos de madera durante un ataque ocurrido en una casa de la zona rural de la localidad de Mburucuyá, donde vivía solo.


Fuentes policiales informaron que la identidad de la víctima ha sido establecida como Pedro Ojeda, domiciliado en la primera sección rural conocida como “El Pago”.


El sábado al mediodía un amigo de Ojeda, de apellido Romero, llegó hasta la vivienda del septuagenario para alcanzarle algo de comida. Tras llamarlo insistentemente desde la parte de afuera el hombre dijo haber tomado la decisión de acercarse e ingresar al inmueble donde halló al dueño de casa tendido en el suelo.


El testigo alertó inmediatamente a la Policía. “Hizo un llamado que fue recibido en la comisaría local, desde donde partió una comisión policial hacia el lugar indicado por esta persona”, explicó una de las fuentes.
Una vez en la casa de Ojeda las autoridades comenzaron con los trabajos de inspección. Desde el principio advirtieron que estaban delante de un escenario donde se produjo un crimen.


La víctima presentaba heridas gravísimas en la parte superior de la cabeza de la que manó abundante sangre. En un primer examen médico se habría determinado un traumatismo encéfalo craneano con rotura de hueso. Además, el brazo izquierdo tenía evidencia de ser blanco de golpes con un elemento contundente que causaron fracturas.


En la vivienda de Ojeda fueron secuestrados, a pocos metros de distancia entre sí, dos pedazos de madera de un árbol de Laurel con manchas compatibles con sangre humana.


“Este hombre, por dichos de gente de la zona, vivía solo, tenía muy pocos amigos y la mayor parte del día lo pasaba adentro de la casa”, agregó el informante.


Por otra parte, explicó que en principio los investigadores establecieron la faltante de un documento nacional de identidad y una tarjeta de débito, mediante la cual Ojeda percibía sus haberes de jubilado o pensionado.


El cadáver fue conducido al Instituto Médico Forense, desde donde ayer, una vez finalizada la autopsia, fue regresado en un móvil de bomberos hacia Mburucuyá.


Dada las características del caso una hipótesis señala que el autor del homicidio al parecer sabía que el anciano habitaba solo la vivienda. Por ello hay presunciones de que podría ser alguien de la zona.


Hasta el cierre de la presente edición desde la institución de seguridad manifestaron que no había persona alguna detenida, aunque ya contarían con una pista a ser investigada para intentar esclarecer el homicidio.



FUENTE: Época

Lunes, 16 de septiembre de 2013