El ex campeón mundial de peso completo habló de sus problemas de adicción. "No quiero morir", dijo el hombre que conoció la fama con tan sólo 20 años.

Lejos de ser aquel peso completo que aniquilaba rivales, Mike Tyson, producto de los excesos, se muestra en plena crisis psicológica y económica.

Iron Mike, que el viernes debutó como manager de boxeo, conquistó el mundo del boxeo con apenas 20 años, pero siempre mostró una debilidad con las cosas fáciles que le propone la vida. Claro, el hecho de haber salido de un entorno de violencia y pobreza lo condicionaron de por vida.

Tener fama y dinero provocó una explosión en Mike y eso lo está pagando caro. Deudas y problemas de adicción son una constante en la vida del ex campeón del mundo.

“He hecho un montón de cosas malas y deseo ser perdonado. Quiero cambiar de vida, quiero una diferente a partir de ahora”, dijo el moreno en diálogo con ESPN.

Y agregó: “Quiero vivir mi vida sobria. No quiero morir y estoy al borde de la muerte porque soy un alcohólico vicioso”.

Ante esas declaraciones, Mike dio buenos signos. Querer cambiar su estilo de vida lo llevaron a que, por más prematuro que sea, dejar de consumir bebidas y drogas.

“Hace 6 días que no lo hago y eso para mí es un milagro”, destacó el ex boxeador y continuó: “He estado mintiéndole a todos. Muchos pensaban que vivía sereno, pero no lo estoy. Jamás volveré a consumir”.

Lunes, 26 de agosto de 2013