Un llamativo hallazgo sorprendió a la comunidad educativa de la Escuela N° 35, ubicada en Colonia Timbó. Armando Gómez, portero de la institución, encontró una curiyú de aproximadamente tres metros de largo en una laguna cercana al establecimiento.

El descubrimiento ocurrió en horas de la mañana, cuando Gómez realizaba tareas de rutina en las inmediaciones. Según relató, no es la primera vez que se observa este tipo de ejemplares en la zona: “Es común verlas por acá. La gente que no está acostumbrada se asusta, pero es parte del entorno natural”, explicó.

La curiyú, también conocida como anaconda amarilla, es una especie no venenosa y protegida. Se alimenta de pequeños animales y de otras serpientes, incluso venenosas, motivo por el cual Armando pidió no matarlas: “Cumplen una función importante. Hay que dejarla tranquila”, señaló.

El portero recordó que ya había visto otra curiyú años atrás, aunque de menor tamaño. El episodio fue informado a las autoridades escolares, que pidieron precaución pero tranquilidad, ya que no representa una amenaza si no se la molesta.

Este hecho vuelve a poner en agenda la importancia de respetar y convivir con la fauna autóctona, especialmente en zonas rurales como Colonia Timbó.


Viernes, 1 de agosto de 2025