El Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia de Goya rechazó establecer un régimen de comunicación para un padre que pretendía ajustarlo a su propia conveniencia. Su imprevisibilidad perjudicaba a los hijos, en especial a una adolescente con síndrome de Down.

“…mamá se enoja con él porque viene sin avisar y no le dice a qué hora va venir, a qué hora nos va buscar y a qué hora nos va llevar, no nos dice ni el día ni la fecha nada…”.

Más allá del deseo mutuo de vincularse, la jueza indicó que el padre debía adecuar sus demandas a las necesidades y horarios de los chicos, para contribuir a un entorno estable y seguro para su desarrollo emocional.

Como medidas de compensación, se ordenó la inhabilitación del carnet de conducir, la prohibición de acceso a eventos públicos hasta que ofrezca un plan previsible de visitas y el pago de los gastos del juicio.

Esas acciones por un lado, protegen la estabilidad de los chicos, y por otro, promueven que el padre asuma un rol comprometido.

Durante la audiencia, la jueza llamó la atención al papá y su abogado. Les recordó el uso correcto del lenguaje y al profesional le advirtió que mesurara su postura, porque el objetivo no era perpetuar el conflicto entre los padres, sino lograr acuerdos que prioricen el bienestar de los hijos.

Jueves, 24 de octubre de 2024