La imagen llegó ayer desde México a San Luis del Palmar. Mientras la pieza más grande permanece retenida en la aduana, otra más pequeña vino en su reemplazo.

Tras una larga travesía y numerosas complicaciones, desde la localidad mexicana de San Luis de Guanajuato llegó ayer hasta Corrientes una imagen de la patrona de México, la Virgen de Guadalupe. Con emoción y algarabía la recibieron, junto a la imagen de San Luisito, en el pueblo del Palmar.

Diferentes imprevistos sorteó la delegación que trajo a la Virgen. La imagen más grande que trasladaban se quedó varada en la aduana de Ezeiza, por ser considerada una “pieza de arte” y diferentes requisitos exigidos que los peregrinos no alcanzaron a resolver a tiempo. No obstante, los mexicanos continuaron su viaje hasta Corrientes, con la esperanza de llegar a San Luis del Palmar, así sea con una imagen un poco más pequeña, que logró traspasar la aduana porque la traían con ellos.

Pensaban llegar desde allí sin otros contratiempos, pero una repentina suspensión de los vuelos de Aerolíneas por varias horas, los peregrinos mexicanos y un cantante mariachi que acompañaron a la imagen desde su país, recién arribaron en horas de la siesta al aeropuerto Fernando Piragine Niveiro.

Cuando finalmente se concretó el momento del desembarco, ya era una multitud la que se congregaba en la rotonda de la Virgen de Itatí, en la intersección de la avenida Independencia y Ruta 12, para luego acompañar a la comitiva en caravana hasta la localidad.

La plaza Pedro Ferré, en el corazón de la ciudad, fue el lugar en que los vecinos esperaron la llegada de la Virgen patrona de México. Con pancartas que le daban la bienvenida y afirmaban esperarla con el corazón abierto, San Luis del Palmar agitó banderas mexicanas en honor a los hermanos en la fe de la ciudad de Guanajuato que llegaron con la imagen pasadas las 18:00.

Lo que empezó como una nutrida caravana de vehículos se convirtió pronto en una multitudinaria procesión, que incluyó carros, jinetes, motocicletas, vehículos y cientos de personas a pie. A paso de hombre, escoltaron a la Virgen recién llegada hasta el centro de la ciudad. Con repique de campanas desde la Iglesia, salva de bombas y fervorosa alegría, los sanluiseños vivaron a su patrono, San Luis Rey de Francia, y a la recién llegada imagen de la Virgen de Guadalupe. Celebraron con emoción el encuentro entre ambos, para transportarla hasta un altar que la esperaba.

“Nuestros pueblos están unidos por una misma fe mariana, y nos emociona poder llegar hasta acá, y sentir esta fuerza en el recibimiento. Nos costó llegar, pero pensamos que si esta vivencia es intensa, mucho más lo será llegar hasta la Basílica de Itatí junto a los peregrinos de San Luis”, expresó a época Mario Verón, un cantante mariachi que acompañó a la imagen desde Guanajuato.

Según comentó el viajero, en ese país es tradicional que los mariachis veneren a la Virgen con su música, y que además participen con sus canciones en la celebración de las misas.
Con sus atuendos típicos en el vestir, representativos de la cultura de su país, se unieron a los sanluiseños en la procesión.

El padre Epifanio Barrios, sacerdote de la localidad, relató la ocasión, y pidió vivas por los dos patronos, por el papa Francisco I, por el Obispo y por los pueblos argentino y mexicano.

Pese a los traspiés del viaje, y a las varias horas de espera en que los vecinos aguardaron el encuentro ansiado, San Luis comenzó a vivir con un regalo especial los días previos a la tradicional peregrinación que celebran cada año rumbo a la Basílica de Itatí. Este año, la Virgen de Guadalupe se sumará a la procesión. Anoche, en procesión, los sanluiseños caminaron las calles del centro del pueblo junto a ambas imágenes, y a la de la Virgen de Itatí, hasta la Iglesia. En su honor, la jornada terminó cargada de emociones, con la celebración de una misa.


Jueves, 11 de julio de 2013