Mendoza no es una provincia petrolera, sino con petróleo. Sin embargo, es uno de los sectores que más aporta al Producto Bruto Geográfico (PBG) gracias a las regalías y también al valor agregado de la actividad, pese al freno en la producción que se acentuó tras la pandemia.

Entre comienzos de 2017 y marzo de 2020, el sector petrolero en Mendoza registró una baja continua en su producción. Pandemia mediante, la inclinación de la curva se convirtió en derrumbe y, en la actualidad, si bien la situación no es de crecimiento, sí se ha logrado frenar la baja.

El instrumento utilizado ha sido el incentivo de la inversión a través del programa Mendoza Activa, así como de la implementación de algunos cambios en las licitaciones con el fin de acelerar la inversión en un sector que requiere de importantes costos de ingreso y permanencia.

Aunque no se considera estrictamente una provincia petrolera, el peso relativo del sector en el total de la economía es mucho mayor que el de otras áreas importantes como la vitivinicultura y el rubro comercio, restaurantes y hoteles. El economista José Vargas explicó que, si bien en los últimos años el aporte ha bajado, el petróleo agrega mucho valor a la economía local.

En especial, cuando se suman servicios conexos como refinería, petroquímica y otras actividades hidrocarburíferas que, entre otras cosas, se destacan por la calidad del empleo y el gran valor agregado a la economía en general. “Es uno de los rubros principales de la matriz productiva de Mendoza”, subrayó Vargas.

Aunque no se considera estrictamente una provincia petrolera, el peso relativo del sector en el total de la economía es mucho mayor que el de otras áreas importantes como la vitivinicultura y el rubro comercio, restaurantes y hoteles
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YPF es, al igual que en el resto del país, la empresa que produce la mayor parte de los hidrocarburos en la provincia, con proyectos de recuperación terciaria y con el primer paso en la provincia, para la exploración no convencional en la zona de Vaca Muerta en Malargüe. Sin embargo, también hay diversas firmas medianas o pequeñas que trabajan en el sector del convencional y hasta buscan obtener el mayor rendimiento de pozos maduros en la zona Norte.



Las opiniones coinciden en que el potencial de la provincia es alto y que aún tiene mucho para crecer. Como contra, mencionan la falta de conciencia de todo lo que el petróleo aporta a Mendoza, las deficiencias en infraestructura –en especial en la zona sur- y la regulación del mercado, que desalienta inversiones a nivel macro.

Baja producción de petróleo
Los datos provisorios de la Administración Tributaria Mendoza (ATM) muestran que hasta noviembre de este año ingresaron en concepto de regalías cerca de $15.122 millones. El año pasado esa cifra fue de unos $12.268 millones, mientras que en 2020 se acusó recibo del freno por la pandemia con una recaudación total de poco más de $7.776 millones.

Más allá del impacto constante de la inflación, lo cierto es que aunque la pandemia fue un punto de inflexión por el derrumbe que implicó para ésta y otras actividades, el petróleo venía en baja desde 2017, con un porcentaje de declino en torno al 8,36% anual; según datos oficiales.

Al ser una actividad que requiere de grandes montos de inversión y de proyección de largo plazo, ese año se cerraron varios yacimientos que –ante la incertidumbre- no volvieron a abrirse, con el impacto que ello provocó en la “salud” de dichos pozos. El secretario de Hidrocarburos de Mendoza, Estanislao Schilardi, explicó que en 2021 se decidió la implementación de Mendoza Activa y que ese programa contribuyó a aplanar la curva y empezar a frenar el declino.



Si bien el mismo continúa y aún se está lejos de los niveles de prepandemia, se han observado signos de reactivación que esperanzan tanto al Gobierno como a los protagonistas del sector. “Mendoza tiene un alto potencial de desarrollo hidrocarburífero, tanto en su fracción de cuenca Neuquina (sur de Mendoza) como en la cuenca Cuyana (centro-norte de Mendoza)”, expresaron desde la empresa Aconcagua Energía, que este año anunció una importante reversión del declino para empezar a crecer en el área Chañares Herrados.

El programa Mendoza Activa permite reintegrar el 40% de las producciones por medio de créditos fiscales en regalías e ingresos brutos. Se trataba de incentivar la inversión en pozos que ya no estaban y, sin tocar la caja del Estado, el Gobierno proyecta para 2025 un superávit de$ 4.000 millones.

Entre diciembre y enero se licitarán 12 áreas con un nuevo formato que priorizará la cantidad a invertir en el menor tiempo posible, como otra medida para incentivar al sector.

En la actualidad, hay 15 empresas que prestan servicio en Mendoza y son: YPF (con el mayor porcentaje de explotación), Aconcagua Energía, El Trébol, Compañía General de Combustibles (CGC), Greco, Petroquímica Comodoro Rivadavia, Pluspetrol, Venoil, Hatrix Energy, Roch, Crown Point, Geopark y Emesa. “El tener diversificada la cartera de operadores posibilita que cada una haga foco en algo puntual”, subrayó Schilardi.



El potencial de Malargüe
Con la actual incursión de YPF en la zona de Vaca Muerta ubicada en Malargüe y un desarrollo reciente en Llancanelo, este departamento ha comenzado a mostrar su potencial concreto. Aunque recién en fase exploratoria, la inversión de U$S17 millones que se realizará en Vaca Muerta, da la pauta de las altas posibilidades que tiene la zona. Sin embargo, las falencias en infraestructura de esa parte de la provincia podrían demorar algunos emprendimientos.

Más allá de la importancia de mejorar la ruta nacional 40, los involucrados en el tema también destacan la falta de electricidad en la zona, para lo que se necesitaría inversión privada. No obstante, y en función de la posible reactivación de la mina de potasio, desde el Gobierno apuestan a que se pueda hacer sinergia entre ambos sectores para sumar infraestructura que sirva a ambas partes.

Desafíos para crecer
En Argentina el precio del petróleo está regulado y hay quienes tienen opiniones en contra y a favor de esta situación. Sin embargo, hay más posturas opuestas debido al bajo incentivo de inversión en relación con otros mercados de la región. La situación mundial por la guerra en Ucrania y el impacto en el petróleo también condicionan al sector que, no obstante, presenta desafíos que podrían resolverse de manera más local.



Desde la Provincia, Schilardi aseguró que el objetivo es “conseguir pensar fuera de la caja”. Es decir, que las empresas que operan o que quieren trabajar en Mendoza encuentren maneras de hacer crecer la producción en áreas que vienen con declino, así como de intervenir en pozos convencionales que representa el 35% de la producción.

Desde el punto de vista de los responsables de Aconcagua Energía, así como de otros actores de la industria, es clave trabajar de manera conjunta entre los sectores público y privado, con el agregado de las cámaras empresariales y gremiales. Las posibilidades de crecimiento están y es preciso plantear los incentivos y también los compromisos con la vista en el largo plazo de un sector estratégico para la provincia y el país.

Miércoles, 7 de diciembre de 2022